Abrir las piernas es un acto de amor... Sí, en primera instancia las mujeres abrimos las piernas cuando decidimos por amor, placer o mera autonomía vivir nuestra sexualidad. ¿Por qué eso se nos tiene que cuestionar y representar? ¿A qué hombre se le hace recuerdo de las posiciones sexuales que adoptó cuando sus actos generan consecuencias? A ninguno. Recordarle a una mujer que abrió las piernas es un intento de denigrarla.
Aquí abro un paréntesis porque quizá alguien me dirá: "muy bien, que las abra, pero que se cuide", y le doy la razón. Tampoco se trata de levantar carteles con orgullo como si el sexo no tuviese consecuencias.
pero NO PASA SOLO POR LA MUJER un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual no viene por consecuencia de que una mujer "te" abra las piernas... Viene como consecuencia de que tanto tú como ella optaron por no cuidarse. Ella no es ni fuente exclusiva de vida ni foco de infección y tanto el varón como la mujer tienen su cuota en la procreación o cualquiera de los dos puede ser portador de enfermedades. Cierro paréntesis.
Abrir las piernas es, en muchos casos, abrirle el alma a tu compañero. Es abrirle las puertas a tu intimidad, más allá del espectáculo visual o físico, es unirse con el otro por un momento surreal o cuando menos sensorial. Es también un acto de amor con nosotras mismas. Hacer el amor es un derecho, una necesidad biológica y en fin... un don de la naturaleza que nos ha dotado de un pequeño órgano proveedor de placer con miles de terminaciones nerviosas al igual que el aparato masculino.
En segunda instancia está el acto de abrir las piernas para crear vida. No hay mujer en el mundo que haya procreado sin abrir las piernas. Tanto aquellas que resultaron embarazadas por una relación sexual convencional, como aquellas que optaron por tratamientos de fertilización... ¡abrieron las piernas! Y es que "sentimos" mucho que les disguste la idea, pero esa es la única vía de acceso hacía nuestro aparato reproductor.
En tercera instancia está el momento cumbre, el más doloroso, dramático y probablemente el más amoroso en la vida de una mujer... cuando abre las piernas para parir a sus hijos. Ese es el momento más vulnerable en tu vida, estás desnuda ante varios ojos y quizá no te importa porque el dolor y la angustia de que todo termine bien es más grande... Ese es no sólo un acto de amor, sino casi de heroísmo.
Por eso reivindicó ese acto. Abrir las piernas ya sea por placer, procreación o amor es un acto digno, natural y común. Por supuesto eso no significa que de hoy en adelante andaré con un cartel o publicando con el hashtag #YoTambiénAbríLasPiernas, no lo haría porque lamentablemente en el imaginario colectivo esa expresión raya en la vulgaridad y se usa como insulto.
De todas maneras sería bueno que antes de recordarle a una mujer que "antes de abrir las piernas", "así como abriste las piernas" o "ya que te gusta abrir las piernas", recuerdes que seguramente para que tú estés en el mundo alguien también abrió las piernas.

