martes, 7 de agosto de 2018

El periodismo activista

En algún momento de mi vida fue un apasionante pasatiempo para mí coleccionar revistas antiguas. Por cinco bolivianos, cada una, compraba en el mercado Lanza ejemplares de segunda y tercera mano de las décadas de los 60, 70, 80, y 90. En sus páginas veía algo más que la pura banalidad de revistas de moda como lo eran Cosmopolitan o Vanidades... Aquellas páginas amarillas, con olor a añejo, qué sabrá Dios a quién le habrán pertenecido antes, me hacían viajar en el tiempo e imaginar la vida de las mujeres que fueron antes que nosotras.

Nuestras madres y/o abuelas son sobrevivientes a tiempos realmente machistas y humillantes dentro de sus propias casas, en especial en los sesenta y setenta. Machismo promovido o reflejado por las esferas comunicacionales. Recuerdo, en especial, un artículo que hablaba de como ser una "buena esposa", el manual aconsejaba no reír demasiado fuerte en un restaurante en compañía de tu marido, no hacerle muchas preguntas cuando llega cansado del trabajo, esperarlo siempre arreglada y plancharle las camisas sin dejarle dos rayas. Los temas sexuales estaban reservados para mujeres casadas y se tocaban con extremo pudor.

Entre tanto, gallardos modelos posaban en fotografías publicitarias fumando un cigarrillo. El hábito de fumar se vendía como un plus de seguridad y hasta sensualidad... hombres "viriles" con botas, sombreros y la leyenda de Marlboro adornaban los artes publicitarios. En la página siguiente un dibujo de una escuálida mujer de vestido y cintura de avispa era la imagen del último electrodoméstico o producto alimenticio. Estaba claro que para estos medios, y por ende para sus lectores, el lugar del hombre era el trabajo o la calle y el de la mujer era la casa.


Me interesaba mucho ese fenómeno porque lo veía con los ojos de hoy. Si un día los medios te persuadían para estar en casa y ser una mujer "bien portada" después empezaron a hablarnos de nuestra liberación sexual y laboral, además de la obligación social y moral de abandonar la labor doméstica. Si un día los medios te vendían la imagen de sensualidad detrás de un cigarrillo, años después eran capaces de publicar artículos sobre lo desagradable de este hábito y te hacían saber que era una falta de respeto con el entorno y un atentado contra la salud encender un cigarrillo en público. Esos mismos medios informaron de la muerte del hombre "Marlboro" por problemas pulmonares... hombre que décadas antes promocionaban.

Eso hizo que me pregunte  ¿Los medios cambian a la sociedad o la sociedad cambia a los medios? ¿Cambian los medios o sólo informan lo que saben que la gente quiere oír, leer y ver?

Hoy sucede el mismo fenómeno, pero a la inversa. A varios medios les falta sólo declarase abiertamente feministas y gritar ¡muerte al macho! ¿Están los medios influenciados por grupos feministas o los medios los están influenciando? Sospecho que simplemente están bailando al son del que toca el más fuerte y en este momento el feminismo es una fuerte tendencia.


Pondré dos ejemplos claros de grandes e importantes medios de comunicación: El País de España y CNN Chile.

El periódico El País compartió un vídeo en Twitter sobre el "hembrismo" con el encabezado "Las personas que cuestionan el  feminismo, es decir las personas machistas...". Me sorprendió que un medio de tal peso y prestigio se prestará a este juego activista. El juego de señalar a quien discrepa con la causa como una persona cuestionable. No es necesario ser machista para no sentirse parte del movimiento feminista o cuestionarlo.

Este es un método muy conocido políticamente, en nuestro país se usó reiteradamente en los primeros años de gobierno del MAS, si acaso alguno observaba algún procedimiento masista de inmediato el presidente y sus colaboradores lo tachaban de derechista, vendepatria, neoliberal, etc. Así se utilizó la técnica de dividir a los ciudadanos en patria y antipatria. Todo lo que hacía el oficialismo lo interpretaban como amor a la patria... todo aquel que se oponía era un traidor a la patria. Tras 12 años de desgaste gubernamental ya no es tan fácil alinear al pueblo de esta manera, pero aún se intenta aplicando la noción de "racismo". Todo lo que hace el presidente, por deshonesto que sea, es explicado por el oficialismo como "la reivindicación del indio". Todo aquel que se opone es por lo tanto racista.

Y en esta gran nación que es el mundo ¿Qué nos hace patria y que nos hace antipatria? ¿Qué nos hace fieles a la causa y qué nos hace traidores? ¿Por qué se nos impone una causa?  Al menos para el periódico El País si no eres feminista... eres machista... entonces más vale que te vayas alineando.

Otro ejemplo es el "lenguaje inclusivo". Hace un par de meses una jovencita argentina sorprendió dando una entrevista en la que cambiaba la "o" de los plurales por la "e", así hizo referencia a "todes les diputades". Al ser cuestionada sobre la naturalidad con la que daba este discurso explicó que se trataba de un lenguaje inclusivo, ni masculino, ni femenino... neutral.

Lo realmente asombroso fue la repercusión en los medios que informaban sobre el nuevo "lenguaje inclusivo" como si la jovencita fuera una docta de la lengua y una palabra autorizada para cambiar nuestro idioma. En adelante cuando se escribía sobre esta forma de comunicar se titulaba haciendo referencia al lenguaje inclusivo, sin utilizar comillas... como si ya fuera un hecho normado su aplicación. La Nación de Argentina titulaba "¿Qué es el lenguaje inclusivo y por qué algunos lingüistas están a favor?", y "El lenguaje inclusivo también llegó a los hogares". 

La RAE se pronunció en varias ocasiones haciendo saber que cambiar la "o" por la "e" no era correcto, y que por ahora el masculino es el genérico en plurales. Los grupos feministas le declararon la guerra la institución tricentenaria e incluso la vicepresidenta del gobierno español le pidió un informe sobre el uso de lenguaje inclusivo aplicado a la constitución de España... los medios no dejaron de hablar del uso del lenguaje inclusivo. CNN Chile fue más lejos y tituló "Todes deben aprender: ¿Cómo hablar lenguaje inclusivo?".

Sinceramente no creo que los medios de volvieron feministas. Sino que aquí se aplica la frase del novelista francés Honoré de Balzac: “El periódico es una tienda en que se venden al público las palabras del mismo color que las quiere.” Sí, las feministas quieren ese tipo de contenido y los contrarios comentan ese tipo de notas. Entonces mientras tu contenido genere repercusión "está bien".

Me imagino que algún personaje dentro de 30 o 40 años desarrollará la manía de comprar periódicos antiguos y seguramente se sorprenderá con la manera de informar que se usa hoy. Quizá para entonces el paradigma sea otro y los apasionamientos de los medios también. El baile mediático dependerá de la melodía que suene entonces.

Claudia Campanini.






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