Ya suficiente tienen los creyentes con defender su fe como para también abogar por algunos pastores cuestionables o curas sexualmente activos.
Hablaré de los segundos. Ya en pleno siglo XXI suena absurdo que los sacerdotes tengan que hacer un voto de castidad. Castidad que no en todos los casos se respeta. Flaco favor le hace la Iglesia Católica a la comunidad al ofrendar un hombre "casto", pero no en todos los casos con el don de la abstinencia.
El celibato debiera desaparecer por el bien de los sacerdotes, los practicantes y sus hijos. Es mejor un cura casado que un cura en conflicto.
En las últimas horas fue noticia un peculiar religioso: el padre Germán Sosa Eguez, párroco de Santa Ana del Yacuma en Beni. Las fotos del cura acompañado de mujeres y consumiendo bebidas alcohólicas se viralizaron en las redes. Éstas pusieron en tela de juicio la honestidad del padre.
En su defensa Sosa aseguró que las fotos fueron tomadas, hace más de ocho años, antes de su ejercicio religioso, aunque una foto del Papa Francisco de fondo lo contradice.
De más está decir que los religiosos han sido blanco de acusaciones sexuales por años. No es novedad que gran número de abusos a menores se dan en las iglesias. Sólo Australia reportó hasta el año 2010, 4.444 casos de pedofilia sacerdotal. Aunque aclaro, este caso es diferente, no se trata de pedofilia. Menciono lo primero para hacer hincapié en que la castidad religiosa es todo, menos casta y pura.
En el caso que nos ocupa, se trata de un hombre con necesidades "mundanas" como compañía sentimental o el consumo social de bebidas alcohólicas. Un personaje que no se ajusta a la idea que tenemos de lo que debiera ser un "representante de Cristo" y la compostura que debería guardar.
"Degenerado" y "depravado" fueron algunos de los insultos que se ganó este religioso. Sin embargo, hay que admitir que el grueso de la población bebe de vez en cuando y también lo hace en compañía. Pero claro, ser bebedor social y religioso parecen ser roles incompatibles.
Eso sí, es hora de dejar de pensar que los sacerdotes son santos. Son tan pecadores como todos, la diferencia es que "no pueden" hacer gala de sus pecados, como lo hizo este religioso de vez en cuando párroco y de vez en cuando "parroquiano"; de vez en cuando espiritual y de vez en cuando espirituoso.
Insisto, la doble moral sacerdotal se debe en muchos casos al voto de celibato (aunque en muchos otros a conflictos internos irresueltos en algunos religiosos).
En 2014 El Mundo publicó una carta dirigida al Papa de 26 mujeres enamoradas de sacerdotes que le pidieron abolir el celibato. Tanto la carta, como el reporte de prensa inician con las líneas: "Querido Papa Francisco: somos un grupo de mujeres de todas partes de Italia (y no sólo) que te escribe para romper el muro de silencio e indiferencia con que nos topamos a diario. Cada una de nosotras está viviendo, ha vivido o querría vivir una relación de amor con un sacerdote del que está enamorada".
Nuestro cura en cuestión no parece estar enamorado ni tener la voluntad de formar una familia, porque para ello se necesita sentar cabeza. Por lo visto aún tiene, o tenía en el pasado inmediato, ganas de vivir la vida. Aunque si no hubiera celibato usted y yo no nos hubiésemos rasgado las vestiduras porque este señor ha besado a una jovencita; solo estaríamos sugiriendo que mejor se case, no más, para ponerle fin a esa vida de soltero feliz y sin compromiso.
Texto: Claudia Campanini
Fuente: Urgente,bo
Nuestro cura en cuestión no parece estar enamorado ni tener la voluntad de formar una familia, porque para ello se necesita sentar cabeza. Por lo visto aún tiene, o tenía en el pasado inmediato, ganas de vivir la vida. Aunque si no hubiera celibato usted y yo no nos hubiésemos rasgado las vestiduras porque este señor ha besado a una jovencita; solo estaríamos sugiriendo que mejor se case, no más, para ponerle fin a esa vida de soltero feliz y sin compromiso.
Texto: Claudia Campanini
Fuente: Urgente,bo



Tienes razón, es mejor un cura casado que un cura en conflicto
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